Bacalao confitado con huevo pochê y parmentier de patata violeta

Recuperando algún invento de las Navidades que no he tenido tiempo a presentaros...

Muy bueno y sorprendente por su mezcla de colores, sabores y olores.
La idea es poner un par de raciones en el centro de la mesa y que la gente vaya picando.

Para 2 raciones:

- 2 lomos de bacalao sin piel y desalados.
- 4 dientes de ajo
- 1 malla de patatas violeta
- 1 break de nata líquida
- Aceite de oliva
- 2 huevos
- Trufa (opcional)
- Sal y pimienta

Empieza confitando los lomos de bacalao en aceite con los dientes de ajo pelado. El secreto es que nunca llegue a hervir, si no se fríe el bacalao. El tiempo de confitado depende del grosor del lomo. Un tamaño medio como el de la foto en 15-20 minutos lo tienes.
Reserva el bacalao en papel absorbente para sacar el exceso de aceite

Mientras el bacalao se confita pela y trocea las patatas violeta y ponlas a hervir en agua con sal. Pínchalas con un tenedor o palillo para saber si ya están cocidas.

Escúrrelas y añade una nuez de mantequilla, el break de nata líquida y una c/p de trufa triturada.
Ésta última es opcional. La trufa tiene un sabor muy intenso y no a todo el mundo le gusta.











Con el turmix, tritura todo hasta que te quede una crema de patata no muy ligera.

Emplatamos la parmentier de patata y el lomo de bacalao encima.

En un cazo con agua hirviendo hacemos los huevos pochê que ya os he explicado en otras recetas. Si no tenéis mucha experiencia lo envolvéis en papel film para asegurarnos que no se rompen.

Colocamos el huevo pochê encima del bacalao y decoramos con unas escamas de sal negra.
Como veréis no hemos puesto sal al huevo ni hemos añadido sal al parmentier, más que el del agua de cocción. Al llevar bacalao y trufa, aconsejo no pasarse con la sal.





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